Hoy, 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha clave para concienciar sobre la importancia de la salud mental y promover acciones para mejorarla.
Esta conmemoración fue decretada por primera vez en 1992 por la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH por sus siglas en inglés), bajo la dirección de Richard Hunter, quien en ese momento ocupaba el cargo de secretario general adjunto.
Desde ese momento se celebra el 10 de octubre de cada año con el fin de sensibilizar a la comunidad global sobre cuestiones esenciales de salud mental, colaborando con múltiples socios para implementar acciones y lograr un cambio duradero.
Este año, el lema “Es hora de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo” pone de manifiesto la estrecha relación entre nuestro entorno laboral y nuestro bienestar emocional.
Numerosos estudios demuestran que el lugar de trabajo puede ser tanto un factor de estrés como una fuente de apoyo para la salud mental. Condiciones laborales precarias, cargas de trabajo excesivas, acoso laboral y falta de reconocimiento son algunos de los factores que pueden desencadenar o agravar problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y el burnout.
La pandemia de COVID-19 agravó significativamente la crisis de salud mental mundial. Estudios recientes revelan un aumento preocupante en casos de ansiedad, estrés y depresión, especialmente entre los jóvenes.
Además, se ha evidenciado una brecha en el acceso a servicios de salud mental y un creciente estigma asociado a estos trastornos.
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