El abogado derechista de 64 años, José Raúl Mulino, es declarado el nuevo presidente de Panamá con más del 87% de los votos escrutados, logrando obtener un 34% de los sufragios y ganándole al 25% del antisistema Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino (Moca).
Es hijo de un exgobernador de la provincia de Chiriquí, en la región occidental de Panamá y limítrofe con Costa Rica. Su madre solía pedirle que riera para cambiar el talante adusto por el que algunos le apodaron «Stalin», según el diario panameño La Prensa.
Casado y con cuatro hijos, Mulino posee una licenciatura universitaria en derecho y ciencias políticas, una maestría en derecho marítimo en Estados Unidos, trabajó en el sector privado como socio de un bufete de abogados en Panamá.
Carrera política
Mulino, del partido Realizando Metas, ha ocupado varios cargos a lo largo de su carrera política, como viceministro de Relaciones Exteriores en 1990.
Incursionó en política participando en la «cruzada civilista», un movimiento que reunió a distintos sectores de la sociedad panameña contra el régimen militar que hubo en el país entre 1968 y 1989.
Luego de la invasión de EE.UU. y la caída del régimen del general Manuel Noriega, Mulino fue vicecanciller y canciller del gobierno de Guillermo Endara (1989-1994).
Años después ganó más notoriedad y protagonizó polémicas como ministro del gobierno de Martinelli (2009-2014), primero de Justicia y luego de Seguridad Pública.
Desde este cargo impulsó políticas de «mano dura», ya fuera con retenes policiales en las calles o con la represión de protestas contra una ley que resultó en dos muertes y decenas de heridos en la provincia de Bocas del Toro en 2010.
Además, fue precandidato presidencial para las elecciones de 2019 por el partido Cambio Democrático con que Martinelli había llegado al poder, pero resultó derrotado en las primarias por Rómulo Roux, un abogado que volvió a postularse este año.
Mulino se pasó al partido Realizando Metas que fundó Martinelli en 2020 y fue su candidato a vicepresidente para estas elecciones, hasta que el expresidente quedó inhabilitado en marzo por su condena por lavado.
Fue entonces cuando José Raúl Mulino se convirtió repentinamente en candidato presidencial en una coalición con el partido Alianza.
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