Jema Ferrer es una de las figuras femeninas sobresalientes del sector del tatuaje en Suecia, Alemania, Colombia, Venezuela y otros países. Desde hace más de siete años de experiencia en esta industria, viene inspirando a las mujeres a romper los estándares establecidos por la sociedad, para conquistar sus sueños.
El arte es parte importante en su vida, desde que tiene uso de razón. Creció inmersa en la música, el baile y el dibujo, pero fue a los dieciséis años de edad que se sumergió de manera profesional en el Dibujo; posteriormente, en el tatuaje.
Ferrer es originaria de Caracas, Venezuela, con crianza en Puerto Ordaz, donde conectó por primera vez con su vena artística, coleccionó tatuajes realizados por artistas de la ciudad y disfrutó crear ilustraciones en la piel con marcadores. Con solo veinte años de edad, recibió la primera oferta como aprendiz del tatuaje y, desde entonces, comenzó su camino como artista, en la ciudad de Caracas, para luego ir tras la anhelada internacionalización.
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Jema Ferrer, empoderando la industria del tatuaje
Como mujer, Jema Ferrer viene desafiando estereotipos, demostrando sus inigualables destrezas en una industria dominada por hombres. Hoy día, en los estudios de tatuajes de todo el mundo, las mujeres están ocupando roles importantes como artistas y la joven venezolana es una de ellas.
En su natal país, creó sus primeras experiencias como tatuadora, hasta lograr adentrarse en el mercado del arte de Colombia y luego Suecia, desde hace cinco años.
De este modo, las limitaciones no existen para ella y eso lo deja ver en su andar por la industria, donde rompe con los estándares sociales y culturales. «A lo largo de mi trayectoria, he sido testigo de una evolución significativa en la industria del tatuaje. Al principio, predominaban los artistas masculinos, pero actualmente hay un aumento en la representación de mujeres en los estudios donde he trabajado. Esta inclusión enriquece mi entorno y disfruto mucho compartir conocimientos con mis amigas colegas. Actualmente, formo parte de una tienda de tattoos donde somos tres mujeres, así que esta colaboración es un respaldo en todos los aspectos de mi carrera: emocional, artístico, profesional», expresa Ferrer.
La especialidad de la artífice se centra en el realismo y surrealismo. En estos estilos, encuentra libertad para expresar su arte, además de explorar diferentes técnicas.
Durante el proceso artístico, se considera «altamente adaptable», ya que integra una variedad de elementos como colores, texturas, tonos blanco y negro en las piezas, para crear composiciones que desafíen la realidad. A la vez, profundiza en las historias, sueños y expectativas de cada cliente, fusionando las narrativas de ellos con su creatividad.
Con información de NP