Durante este fin de semana, México fue testigo de una intensa tormenta solar que culminó este domingo, tras más de 39 horas de actividad.
Esta tormenta geomagnética severa provocó la observación de auroras boreales en algunas regiones del país, un fenómeno poco común en estas latitudes. Según el Instituto de Geofísica de la Unam, los índices geomagnéticos han vuelto a la normalidad, indicando que el evento ha concluido.
Las condiciones geomagnéticas en el hemisferio norte fueron las más extremas desde 2003, lo que permitió que la aurora boreal se observara en lugares inusuales. Este fenómeno luminoso en las capas superiores de la atmósfera se produce por la interacción entre el viento solar y el campo magnético terrestre.
A pesar de que la tormenta solar ha finalizado, el Instituto advirtió sobre la posibilidad de otra tormenta solar en las próximas horas, aunque se espera que tenga menores efectos en la Tierra.
En este sentido, la región activa responsable de las tormentas solares que desencadenaron esta última tormenta geomagnética se está alejando del limbo solar.
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