Las lluvias torrenciales en el sur de Brasil ha provocado un aumento en los caudales de los ríos y generado así caos en los suburbios de Porto Alegre, una región que ya ha sido devastada por inundaciones.
La Defensa Civil del estado de Rio Grande do Sul informó que prácticamente todos los grandes ríos presentan tendencia de elevación, lo que ha obligado a más de 619.000 personas a abandonar sus hogares debido a la catástrofe.
Expertos de la ONU y el gobierno brasileño vinculan estas inundaciones al cambio climático y al fenómeno de El Niño. También, las crecidas del Taquari han puesto en alerta a la ciudad de Muçum, que aún se recupera del paso de un ciclón devastador en septiembre.
Además, la Laguna de los Patos está en niveles muy elevados, lo que aumenta las probabilidades de inundaciones en zonas costeras.
En medio del caos, los residentes de las áreas afectadas describen una situación crítica, con casas dañadas, animales muertos y la incertidumbre sobre el futuro si las lluvias continúan.
Las autoridades meteorológicas advierten sobre la probabilidad de nuevas inundaciones y desbordamientos de ríos, así como deslizamientos de tierra.
El gobierno brasileño anunció la asignación de fondos para la reconstrucción del estado afectado, pero la fatiga se instala entre los habitantes ante la persistencia de la emergencia. Asimismo, la situación es desafiante y se espera que las lluvias intensas continúen en los próximos días, prolongando el sufrimiento de las comunidades afectadas.
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