La creciente violencia selectiva en el área metropolitana de Lima, capital de Perú, ha generado preocupación tras los recientes homicidios de ciudadanos venezolanos.
En un lapso de 24 horas, se reportaron tres asesinatos en los distritos de Chorrillos y Puente Piedra.
Uno de los incidentes tuvo lugar en la urbanización Tupac Amaru de Villa, en Chorrillos, donde un venezolano identificado como Henry José fue víctima de un asesinato a quemarropa perpetrado por un desconocido vestido como trabajador de construcción.
Las cámaras de seguridad captaron el momento del ataque, que ocurrió cerca de «La Cachina de Próceres». El sicario se acercó por la espalda y disparó a la víctima a quemarropa, asegurándose de su muerte con dos disparos adicionales antes de huir en una motocicleta.
Horas después, en la zona de Puente Piedra, dos hombres venezolanos murieron tras ser disparados mientras circulaban en una motocicleta por la Asociación Virgen de Copacabana. Se encontraron al menos 35 casquillos de bala en la escena del crimen.
Testigos del segundo ataque informaron que los sicarios, a bordo de una minivan, interceptaron a las víctimas cerca de su residencia alquilada y dispararon repetidamente hasta acabar con sus vidas.
Las autoridades han planteado la hipótesis de una posible venganza entre bandas criminales como motivo de estos atentados.
Según estadísticas de la Policía Nacional del Perú, los homicidios han aumentado un 80 % en el país desde 2011, con un total de 2,923 homicidios reportados el año anterior y al menos 507 muertes violentas registradas hasta abril de 2024.
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