Cuba enfrentará un nuevo episodio de apagones que afectarán al 23% de la población durante el horario de la tarde-noche, según la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
La compañía atribuye esta situación a la falta de combustible, averías y mantenimientos en varias centrales eléctricas, lo que ha llevado a una capacidad máxima de generación de solo 2.476 megavatios (MW) frente a una demanda proyectada de 3.150 MW. Esto resulta en un déficit de 674 MW y una afectación real de 744 MW durante el llamado «horario pico».
El sistema eléctrico cubano se encuentra en condiciones precarias, con siete centrales termoeléctricas obsoletas que han superado las cuatro décadas de uso.
La falta de inversiones y mantenimiento, junto con la escasez de combustible importado, agravan aún más la situación.
Aunque el Gobierno ha intentado mitigar el problema mediante el alquiler de centrales eléctricas flotantes, esta solución es temporal, contaminante y costosa.
Los constantes cortes de energía no solo impactan negativamente en la economía, que se contrajo entre uno y dos por ciento en 2023, sino que también alimentan el descontento social en un país que ya enfrenta una crisis económica prolongada.
Estos apagones han sido un factor desencadenante de protestas antigubernamentales, incluyendo las manifestaciones del 11 de julio de 2021.
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