El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, criticó al Centro Carter tras su participación como observador en las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Maduro aseguró que la organización ha hecho su «despedida» al afirmar que no hay evidencia de un ataque cibernético en el sistema electoral, lo que, según él, contradice la realidad y el retraso en la totalización de votos.
En una transmisión por el canal estatal VTV, el presidente descalificó la autoridad del Centro Carter, alegando que no tiene la capacidad para emitir juicios sobre el proceso electoral venezolano.
A pesar de las declaraciones de Maduro, el Centro Carter sostuvo que las elecciones no pueden considerarse «democráticas» y fue invitado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) debido a su reputación en materia de observación electoral.
Durante una reunión con los representantes del Centro, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, destacó la seriedad de la organización en estos asuntos, aunque Maduro continuó atacando su credibilidad, sugiriendo que sus miembros llegaron con prejuicios y un informe preescrito.
Por otro lado, Jennie Lincoln, jefa de la misión del Centro Carter, afirmó que el verdadero ganador de las elecciones es Edmundo González Urrutia, candidato de la principal coalición opositora, quien habría obtenido el 83.5% de las actas electorales.
Esta declaración fue desestimada por Maduro, quien calificó los documentos presentados como «forjados» y reiteró que el Centro Carter está vinculado a intereses externos, incluyendo a George Soros.
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