El gobierno venezolano denunció haber sido blanco de una ola de ciberataques sin precedentes durante los meses de julio y agosto.
Según la ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, Venezuela se posicionó como el país más atacado de América del Sur, según un informe de la empresa de ciberseguridad rusa Kaspersky.
Los ataques, que alcanzaron un pico de 30 millones por minuto, tuvieron como objetivo un amplio espectro de instituciones estatales, empresas, alcaldías, gobernaciones y medios de comunicación. Las modalidades más comunes incluyeron la denegación de servicio, que colapsó servidores y enlaces internacionales, así como el secuestro de direcciones IP, lo que redirigía a los usuarios a sitios falsos.
El presidente Nicolás Maduro, ante la gravedad de la situación, ordenó la creación de un consejo de ciberseguridad para fortalecer las defensas tecnológicas del país.
Además, presentó un informe detallado sobre los ataques al Consejo de Defensa de la Nación y Consejo de Estado.
Las autoridades venezolanas apuntaron a la sofisticación y el volumen de los ataques como indicios de un actor estatal detrás de las operaciones.
La ministra Jiménez sugirió que Estados Unidos, con sus agencias de inteligencia como la NSA y sus capacidades tecnológicas, podría estar involucrado.
El alto costo estimado de estos ataques, que puede alcanzar miles de dólares por hora, refuerza la hipótesis de una operación de gran envergadura, respaldada por recursos financieros y técnicos significativos.
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