El sector de la educación superior en Venezuela enfrenta una profunda crisis, evidenciada por una drástica reducción de la matrícula que alcanza el 60% en los últimos 12 años.
Según Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades, esta situación refleja un problema estructural que afecta a las casas de estudio del país. La disminución de estudiantes se atribuye a una combinación de factores globales, como la emergencia de nuevas profesiones y el impacto de las tecnologías, y locales, vinculados a la crisis económica y el deterioro del sector educativo.
La pérdida de sentido social del trabajo, la baja remuneración para los profesionales universitarios y la dificultad para acceder a la educación superior, son algunos de los elementos que contribuyen a este fenómeno.
Meléndez destaca que la crisis económica ha hecho que estudiar se convierta en un desafío para los jóvenes venezolanos. La mayoría de los estudiantes universitarios se ven obligados a trabajar para poder costear sus estudios, evidenciando la precaria situación económica que enfrentan. Siete de cada diez estudiantes trabajan para mantenerse en el sistema educativo, mientras que el resto depende del apoyo familiar.
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