Familiares de al menos 60 adolescentes detenidos tras las protestas postelectorales en Venezuela se concentraron frente al centro de reclusión Ciudad Caracas para denunciar la situación de sus hijos y exigir su liberación inmediata.
Ocho de estos jóvenes, algunos menores de 18 años, permanecen privados de libertad, acusados de participar en actos terroristas, una acusación que sus familiares rechazan rotundamente.
Tania Urbina, madre de Miguel Alejandro Urbina, de 16 años, expresó la indignación de los padres: «Queremos la libertad de nuestros hijos, porque nuestros hijos no son terroristas».
Urbina denunció la falta de información por parte del gobierno sobre el estado legal de su hijo, a pesar de poder visitarlo y constatar que se encuentra en buen estado físico.
La situación de otros jóvenes, como Diosmer Mejías, resulta aún más preocupante. Su hermana, Dionexis García, informó que el adolescente tiene una bala de goma incrustada en la espalda y no ha recibido la atención médica adecuada, a pesar de que las autoridades solicitaron medicamentos.
El caso de Yenderson Martínez, de 17 años, quien no participó en ninguna manifestación, ejemplifica la arbitrariedad de las detenciones. Lleva 55 días recluido en Ciudad Caracas, también acusado de terrorismo.
El gobierno de Maduro justifica las detenciones como respuesta a un supuesto intento de golpe de Estado. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han calificado estas acciones como arbitrarias y han denunciado graves violaciones a los derechos de los menores.
Los familiares de los detenidos exigen una investigación imparcial y la liberación inmediata de los adolescentes, reclamando que se respete su derecho a la libertad y a un debido proceso.
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