Un caso que ha generado un intenso debate sobre el desperdicio de alimentos y los límites de la ley ha sacudido a Austria.
Christian A., un activista ambiental en paro, fue condenado a cuatro semanas de prisión condicional por rescatar alimentos de un contenedor de basura de un supermercado.
El hecho ocurrió en mayo pasado cuando Christian, junto a una amiga, recolectó frutas, pan, huevos y otros productos que habían sido descartados por el supermercado pero que aún eran aptos para el consumo. Esta práctica, conocida como «dumpster diving» o «rescate de contenedores», busca reducir el desperdicio de comida y ayudar a personas necesitadas.
Sin embargo, la justicia austriaca consideró que la acción del activista constituía un delito de intento de robo, a pesar de que el supermercado no presentó denuncia y la puerta del contenedor no estaba cerrada. La jueza argumentó que la premeditación del acto, al llegar equipados con cajas para transportar los alimentos, demostraba la intención de robar.
La sentencia ha desatado una ola de críticas por parte de grupos ecologistas y organizaciones que luchan contra el desperdicio alimentario. Estos colectivos consideran que criminalizar el rescate de alimentos es una medida desproporcionada y contraproducente, ya que fomenta el despilfarro y castiga a quienes buscan soluciones a un problema global.
Por su parte, Christian A. ha anunciado que apelará la sentencia, argumentando que su acción fue motivada por la necesidad de reducir el desperdicio y ayudar a personas en situación de vulnerabilidad. «Para mí es una cuestión de principios, no creo haber hecho nada que merezca un castigo», afirmó el activista.
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