Por Infobae.– No salen en libertad plena, sino con medidas de presentación y bajo amenaza de que no pueden hablar en medios o redes sociales.
Los privados de libertad cuando los trasladan desde sus celdas al Palacio de Justicia en Caracas, los llevan con gruesas y oxidadas cadenas, mientras que funcionarios, portando armas largas, los conducen por los pasillos, con una barra de hierro donde anclan las cadenas. A la degradante escena se suma que el detenido pasa todo el día en la sede judicial, sin que le suministren alimentos.
La estrategia de usar presos como fichas de negociación, le permitió al gobierno madurista que EEUU liberara a los narcosobrinos y al comerciante colombiano Alex Saab, a cambio de estadounidenses presos.
Se le agrega la excarcelación no plena de detenidos que atrae la atención pública cuando el gobierno venezolano requiere bajar la indignación popular o distraer al país, como ocurrió con la muerte por negligencia y falta de atención médica del testigo electoral Jesús Manuel Martínez Medina “Manolín”, quien estaba bajo custodia policial en Anzoátegui.
Es escalofriante la cifra de presos políticos, que solo desde el día de las elecciones presidenciales, cuenta cerca de dos mil personas. Venezuela tiene la mayor cantidad de presos políticos del continente.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
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