Este domingo al mediodía, hora de Roma, el Papa Francisco se ha asomado desde el balcón pontificio para presidir la oración mariana del Ángelus y comentar el Evangelio de la liturgia de hoy, en el que el evangelista Marcos describe un escenario que parece apocalíptico, pero en realidad está impregnado de esperanza: “muchos podrían pensar en el fin del mundo, pero el Señor aprovecha la ocasión para ofrecernos una interpretación diferente” dice el Papa y se detiene en dos conceptos: “lo que pasa y lo que permanece”.
El Pontífice invita a tomar una perspectiva profunda sobre las crisis y los fracasos que experimentarnos y a no dejar que las dificultades nos desborden: “En algunas circunstancias de nuestra vida, cuando atravesamos una crisis o experimentamos algún fracaso, así como cuando vemos a nuestro alrededor el dolor causado por las guerras, las violencias, las catástrofes naturales, tenemos la sensación de que todo llega a su fin, y sentimos que incluso las cosas más bellas pasan”, reseña la nota de Vatican News.
Sin embargo, el Papa recuerda que el sufrimiento y las pruebas son parte de la experiencia humana: “Las crisis y los fracasos, aunque dolorosos, son importantes, porque nos enseñan a dar a cada cosa su justo peso, a no atar nuestro corazón a las realidades de este mundo, porque pasarán: están destinadas a pasar”.
Con información de Agencias
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