El Frente Universitario había decidido emprender la huelga el 21 de noviembre de 1957. Días antes ya algunos liceos, entre ellos el Fermín Toro y el Andrés Bello, calentaban las calles en respuesta al llamado a plebiscito que anunciara el dictador para el 15 de diciembre de ese año.
Entre sus principales organizadores estuvieron Héctor Pérez Marcano, José de la Cruz Fuente, Héctor Rodríguez Bauza, Chela Vargas, Emilio Santana, Diego Salazar y Julio Escalona. Estudiantes de derecho y medicina decidieron romper el silencio y aprovecharon el Congreso de Cardiología que reunía a especialistas de América Latina y del mundo que se celebraba en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela.
Distintos focos de agitación en la UCV fueron congregando a cientos de estudiantes quienes luego del discurso de Emilio Santana, se dirigieron al Aula Magna para tomar el derecho de palabra y denunciar la dictadura con la que Marcos Pérez Jiménez mantenía sometido al pueblo venezolano.
De este modo el Congreso de Cardiología serviría como canal de información y de comunicación hacia el exterior del país. La huelga, como era de esperarse resulto fuertemente reprimida por la Seguridad Nacional. Alrededor de doscientos estudiantes quedaron detenidos y hubo algunos heridos.
Estudiantes asesinados
Aquel 21 de noviembre prendió la chispa de la rebelión para que justo el 23 de enero de 1958 el pueblo venezolano en la calle y en compañía de sus estudiantes acabarán con la tenebrosa dictadura del General Marcos Pérez Jiménez.
Brasil Da Costa, Neomar Lander, Geraldine Moreno y todos estudiantes asesinados bajo el gobierno de Nicolás Maduro, han podido echar sus cuentos de juventud y haber sido influyentes ciudadanos en la Venezuela del futuro. Bien, como diputados, ministros y hasta presidentes de la República, pero jamás lo serán, porque ellos corrieron el riesgo de estudiar y luchar por la democracia y la libertad.
Autor Douglas Zabala
Lea también: AY MI CHINITA (Por Douglas Zabala)