Héctor Obregón, presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), anunció la completa recuperación del Complejo Industrial Muscar, ubicado en Monagas, tras un grave sabotaje que afectó su operación.
Este complejo es vital para la distribución de gas en el país y su funcionamiento es crucial para diversas industrias, así como para el suministro de energía eléctrica y consumo doméstico.
Obregón calificó el sabotaje como un “ataque terrorista”, que impactó la producción de gas y, por ende, la generación eléctrica y la industria nacional. Gracias a la rápida respuesta de los trabajadores de PDVSA, se logró evitar una catástrofe energética a nivel nacional.
Este trabajo duró quince días, el personal de la empresa demostró su compromiso con el país al restablecer el suministro de gas a niveles normales.
Según informes de Bloomberg, la producción de propano sufrió una caída del 97% tras la explosión ocurrida el 11 de noviembre, lo que provocó daños significativos en la infraestructura del complejo. Este incidente no solo afectó a PDVSA, sino que también tuvo repercusiones en la industria petroquímica y en la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). Como resultado del ataque, se reportaron cinco heridos y un corte total del suministro de gas en las áreas circundantes.
Asimismo, Delcy Rodríguez confirmó la detención de 11 personas involucradas en el complot, atribuyendo el incidente a grupos extremistas que buscan desestabilizar al país.
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