Tras haber iniciado los trabajos del Parque monumental Ana María Campos, la Gran Misión Venezuela Bella debe avanzar con la siguiente etapa de construcción del proyecto; los planos, según testigos, involucran algunos lotes de un espacio universitario de la Universidad del Zulia y el presidente de la misión, Willy Casanova, pretende continuar la obra, sin resolución de por medio; violando así, el espacio autónomo de LUZ.
Desde el martes, 5 de marzo, ha estado en discusión la demolición del espacio recreacional taurino de la Universidad del Zulia, ubicado en la avenida Universidad con sector Grano de Oro, en Maracaibo. Muy conocido por los eventos con animales y de espectáculo, que se realizaban en años anteriores en fechas de la feria marabina, pues era usado como una Manga de Coleo.
La coloquialmente llamada «Manga» es un espacio que, dentro de la Universidad del Zulia, ha sido usado en los últimos años como lugar de prácticas para estudiantes de Veterinaria, Agronomía e incluso para atenciones de asistencia pública infantil, con servicios de equinoterapia y contacto con animales para niños con discapacidad, perteneciendo esta al departamento de FundaLUZ.
La tarde de este jueves, 7 de marzo, se reunieron dirigentes estudiantiles y miembros de la Federación de Centros Universitarios (FCU-LUZ), así como también miembros de la Asociación Regional de Coleo del Zulia, en las instancias del área en reclamo; con la finalidad de exigir respeto a la autonomía de los espacios universitarios que no fueron solicitados «públicamente» ante la comunidad completa de la Universidad del Zulia, siendo esta integrada por: personal obrero, administrativo, egresados y, de acuerdo a presentes, el sector más afectado, el estudiantil.
Miembros de la FCU-LUZ explicaron que, para ceder ese tipo de espacio y cualquiera de la universidad, a un tercero, debe ser consultado y aprobado por toda la comunidad LUZ. No solo debe ser «una decisión consensuada a puerta cerrada», cuando según estos, son otros quienes sufren las consecuencias de la «expropiación».
Yeissel Pérez, presidenta de la FCU-LUZ detalló que el espacio recreacional es usado por estudiantes y aliados de la universidad en beneficio de la comunidad marabina y universitaria; alegando que, al ser un lugar necesario, no debe demolerse y «mucho menos cuando no hay una decisión legal de por medio».
Por otro lado, Lewis Sebriant, miembro de la FCU-LUZ, mientras conversaba con los asociados coleadores, destacaba la importancia de «respetar los espacios que son de LUZ», recordando la demolición que hicieron el año pasado al Chimpete Chámpata, el teatro de artes escénicas de la ilustre casa de estudios, por dar otro lote del terreno universitario al Parque Ana María Campos.
«Cuando demolieron el Chimpete, no saben lo mal que me sentí. Yo venía con mi papá a ver las obras de pequeño. Eso era patrimonio aquí, cómo lo van a quitar. Con la manga, nos quieren hacer lo mismo», añadió el también legislador del estado Zulia.
Asistentes en la reunión, como el bachiller y Consejero Universitario, Alexander González, debatía la decisión, debido a que, según su argumento, «en un previo acuerdo entre la misión Venezuela Bella y la rectora de la Universidad, Judith Aular de Durán, se conversó que más adelante parte de los ingresos del Parque, fueran donados a la Universidad del Zulia, por ceder estos espacios», dando a explicar que la decisión ayudaría económicamente a LUZ, más adelante, pero dejando en duda que fuera con la demolición completa del lugar, sin derecho a reubicación.
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Mientras que, los dolientes de la manga, los coleadores presentes, expresaban lo que, en días anteriores han compartido sin cesar, su enojo de desaparecer el lugar recreacional; sin ser reubicado. Luego de que, según los aficionados, la Manga de Coleo es la única en el estado Zulia, aunque no se practique la actividad taurina, sino de equinoterapia en ella.
«Esto a nosotros nos duele, porque desde jóvenes lo construimos y ayudamos a que saliera adelante. No importa si no lo usamos, pero es un patrimonio también para nuestra ciudad y para quienes somos parte de LUZ y egresamos de ella. Y si debemos apoyar a que no se demuela, apoyaremos», señaló el coleador Miguel Ángel Hoyos.
Los dolientes exigen que «hasta que no aparezca una resolución firmada por FundaLUZ y consensuada por toda la comunidad de la Universidad», seguirán protegiendo el espacio.
Y piden que, aún con conversaciones previas entre la Rectora Judith Aular de Durán y el litógrafo, Willy Casanova, les sean tomados en cuenta para proponer y decidir sobre el lugar, que «por derecho» les corresponde; de lo contrario, la construcción en los lotes de la segunda etapa del Parque Ana María Campos, serán una expropiación más de la Misión Venezuela Bella y un espacio menos, para LUZ.
