El mural que llevaba la frase ‘Las cuchas tienen razón’ en Bogotá, un emotivo homenaje a las madres de víctimas del conflicto armado, fue vandalizado y cubierto de negro este fin de semana.
Esta obra, que había sido pintada por colectivos artísticos, se encontraba en una zona céntrica de la ciudad y había ganado notoriedad en los últimos días por su mensaje de reivindicación y justicia.
La frase, que se ha vuelto viral, hace referencia a la lucha de las madres, conocidas coloquialmente como “cuchas” (un término informal para referirse a mujeres mayores), que buscan justicia por sus hijos desaparecidos o asesinados.
Al respecto, Alirio Uribe, representante a la Cámara por el partido oficialista Pacto Histórico, expresó su rechazo a estos actos vandálicos y llamó a la sociedad a crear expresiones artísticas que promuevan la vida, el perdón y la reconciliación.
El mural de Bogotá se inscribe en un contexto más amplio, ya que su mensaje evoca los horrores de la Operación Orión, una operación militar llevada a cabo en la Comuna 13 de Medellín en octubre de 2002, que resultó en numerosas muertes y desapariciones.
Además, esta operación fue realizada con el apoyo de grupos paramilitares y ha dejado una profunda huella en la memoria colectiva del país. Recientemente, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) anunciaron el hallazgo de los primeros cuerpos humanos en un vertedero conocido como La Escombrera, donde se cree que fueron enterrados muchos de los desaparecidos durante ese periodo.
En Medellín, la situación se tornó igualmente controvertida cuando un mural similar fue cubierto por la Alcaldía, que argumentó que existía una distinción entre el arte urbano y el vandalismo.
El alcalde, Federico Gutiérrez, defendió la importancia de mantener el espacio público limpio y ordenado, aunque reconoció el valor del graffiti como forma de expresión cultural.
El presidente Gustavo Petro también se pronunció al respecto, cuestionando la decisión de borrar un mural que representa uno de los capítulos más oscuros de la historia de Medellín y el impacto del paramilitarismo en la comunidad.
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