El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha declarado que no aceptará el sometimiento ni la rendición como parte de cualquier política de paz, en respuesta a la suspensión de los diálogos por parte del presidente colombiano, Gustavo Petro. Esta decisión se produce tras un aumento de la violencia en la región del Catatumbo, donde los enfrentamientos entre el ELN y el Frente 33 de las disidencias de las FARC han dejado entre 60 y 80 muertos en los últimos días.
En un comunicado, el Comando Central del ELN criticó la política de «paz total» del presidente Petro, argumentando que ha permitido a bandas y grupos paramilitares ganar un «estatus político» para coordinar acciones con el Estado. La guerrilla insistió en que sus ataques no se dirigen a civiles ni a firmantes de paz, sino a aquellos que considera «activos bajo un mando militar» en contra del ELN y de las comunidades locales.
La situación en el Catatumbo se ha vuelto crítica, con las autoridades enfrentando dificultades para acceder a las zonas rurales más afectadas. A pesar de la gravedad de los enfrentamientos, el ELN sostiene que no ha movido tropas desde Arauca hacia el Catatumbo, desafiando las afirmaciones del presidente sobre un refuerzo guerrillero en la región.
El conflicto en esta zona ha intensificado las preocupaciones sobre la seguridad y la estabilidad en Colombia, generando un llamado urgente a la reanudación de los diálogos de paz y a una solución duradera que contemple las necesidades y derechos de las comunidades afectadas.
