Un nuevo estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) reveló que la exposición al tabaquismo pasivo durante la infancia puede dejar marcadas huellas en el ADN de los niños, lo que contribuye a explicar los efectos adversos sobre su salud. La investigación, publicada en la revista Environment International, incluye datos de ocho países europeos, entre ellos España, Francia y el Reino Unido.
Los investigadores encontraron que la exposición al humo del tabaco altera la metilación del ADN, un proceso epigenético que puede afectar la expresión de los genes. Los niños que están expuestos al humo del tabaco en sus hogares son más propensos a mostrar cambios en su epigenoma, lo que podría influir en el desarrollo de enfermedades en el futuro.
El estudio del ISGlobal, que analizó muestras de sangre de 2,695 niños de entre 7 y 10 años, identificó alteraciones en 11 regiones del ADN asociadas con el tabaquismo pasivo. Seis de estas regiones están relacionadas con enfermedades como el asma y el cáncer, que son influenciadas por el tabaquismo.
A pesar de que las regulaciones sobre el consumo de tabaco en espacios públicos han aumentado, los hogares siguen siendo una de las principales fuentes de exposición al humo del tabaco para los niños. Los investigadores enfatizan la urgencia de implementar medidas integrales para reducir esta exposición, señalando que el tabaquismo pasivo en la infancia puede tener efectos similares a los de la exposición al tabaco durante el embarazo.
La investigación subraya que la lucha contra el tabaquismo es un problema de salud pública que también está vinculado a cuestiones de desigualdad social, ya que factores socioeconómicos y ambientales pueden dificultar la reducción de la exposición al humo del tabaco en ciertos hogares.
Con información de EFE
