Las autoridades alemanas han confirmado que el autor del atropello masivo ocurrido en Múnich, que dejó al menos 36 heridos, tenía una «orientación islamista» y una «motivación religiosa». El incidente tuvo lugar este jueves 13 de febrero cuando un afgano de 24 años, detenido en el lugar, embistió con su vehículo a una manifestación organizada por el sindicato Verdi en la capital de Baviera.
Guido Limmer, un responsable de la policía local, declaró en una rueda de prensa que el sospechoso, quien llegó a Alemania en 2016 a los 15 años, reconoció haber atropellado intencionadamente a los manifestantes e invocó razones religiosas durante su interrogatorio. Tras su arresto, el hombre gritó «¡Allahu Akbar!» (Dios es el más grande).
Durante el registro de su teléfono móvil, la policía encontró varios mensajes de carácter religioso, y se descubrió que había ganado notoriedad en redes sociales como culturista, participando en competiciones en Baviera. A pesar de que su solicitud de asilo había sido rechazada, el individuo seguía siendo legalmente tolerado como residente, alegando tener un empleo como guardia de seguridad.
Las autoridades enfatizaron que, aunque el sospechoso mostró inclinaciones islamistas, no hay evidencia de que estuviera vinculado a organizaciones terroristas como el Estado Islámico. Este ataque se produce a pocos días de las elecciones legislativas del 23 de febrero, en un contexto donde la cuestión migratoria es un tema candente, especialmente para el partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), que podría obtener más del 20% de los votos según las encuestas recientes.
Con información de AFP