El gobierno de Estados Unidos ha enviado a más de 100 migrantes venezolanos a la base naval de Guantánamo, según informan medios estadounidenses. Esta acción, que comenzó el 4 de febrero, es parte de la política de mano dura del presidente Donald Trump contra la migración irregular.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, calificó a estos migrantes como «lo peor de lo peor», aunque no se han proporcionado detalles específicos sobre los detenidos. Se ha vinculado a la mayoría de ellos con la banda transnacional Tren de Aragua, aunque las familias de algunos migrantes defienden su inocencia y aseguran que no han podido comunicarse con ellos desde hace días.
De acuerdo con el diario The New York Times, 53 hombres se encuentran detenidos en una cárcel dentro de la base militar. Las familias de algunos de ellos han señalado que no encontraron antecedentes penales relevantes, a excepción de un caso que involucra un altercado en un centro de detención en Texas.
José Daniel Simancas, uno de los migrantes, se entregó a la Patrulla Fronteriza en mayo de 2024 tras cruzar la frontera de manera irregular. Su hermana, Jesika Palma, expresó su angustia al desconocer el estado de su hermano, asegurando que su único «delito» fue buscar una mejor vida para sus hijos.
La situación ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional, que observan con atención las políticas migratorias de Estados Unidos y sus implicaciones para los refugiados venezolanos.
Con información de EFE
