Roma, Italia – El Congreso romano se hace eco del pedido de libertad y democracia a solo cinco días de los comicios presidenciales en Venezuela. En un evento que reunió a venezolanos, italianos y otros ciudadanos europeos para conversar sobre la grave situación de los derechos humanos y escuchar los desgarradores testimonios de tres víctimas de lesa humanidad, quedó claro que en Venezuela la tortura, el encarcelamiento, la persecución y el asesinato son una política de Estado.
Este encuentro dio inició con las palabras de la diputada Deborah Bergamini quien puso de relieve la actual situación de derechos humanos en Venezuela. En su intervención manifestó su solidaridad con las personas más afectadas en esta oleada de represión que se vislumbra en Venezuela, incluso extendió su solidaridad hacia los miembros del equipo de Maria Corina Machado que se encuentran resguardados en la embajada de Argentina en Venezuela. Bergamini se comprometió a dar el apoyo necesario desde el Congreso, particularmente hizo énfasis en la importancia de buscar el consenso de las distintas fuerzas italianas para repudiar la tortura en Venezuela.
Por su parte, Rodrigo Diamanti tomó la palabra en calidad de Secretario del Panel de Experto sobre la posible comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela de la OEA para presentar las actualizaciones de estos expertos sobre la materia y haciendo énfasis en el último reporte presentado por este grupo en la sede de la Organización de Estados Americanos el pasado mayo del presente año. Diamanti sostuvo que el más reciente informe del Panel, se enfocó en analizar cuáles acciones habían sido tomadas por el Estado venezolano en los últimos 10 años para procurar la rendición de cuentas por los crímenes cometidos y, de manera alarmante.
Concluyó que en Venezuela los crímenes de lesa humanidad no se investigan. Así las cosas, constató que de 183 casos analizados tan solo 12 concluyeron en juicio, lo que representa un escaso 6%. Asimismo, en el 52,5% de los casos revisados, el Estado venezolano no ha iniciado ningún tipo de proceso judicial y en los casos que se encontraban en investigación, el 39%, se verificó que, en su mayoría, ni siquiera había autores individualizados, a pesar de existir suficientes evidencias incriminatorias.
La señora Olga González inició el bloque testimonial narrando la lamentable suerte que corrió su esposo en el año 2017 cuando funcionarios del Estado venezolano lo ejecutaron extrajudicialmente en el marco de una manifestación pacífica. El difunto Leonardo González era un payaso de hospital que ayudaba a niños y otras personas vulnerables en el marco de las manifestaciones del año 2017. “21 impactos de balas recibió el vehículo del señor González quien fue brutalmente atacado por los funcionarios del Estado”. En la intervención de su esposa Olga, está sostuvo que luego de 7 años aún no ha obtenido la justicia que espera.
Testimonios
Victor Navarro, ex prisionero político y Director Ejecutivo de la Organización Voces de la Memoria tomó la palabra y habló de las 3 razones que lo trajo a la Cámara de los Diputados en Roma. La primera era que en Venezuela la detención arbitraria, la persecución, la desaparición forzada, la tortura y el asesinato son una politica de Estado. La segunda, es porque vino a mostrar una experiencia en realidad virtual para que puedan dimensionar cómo vive un preso político en el país y la tercera, es – y citando a Rodrigo Diamanti- que faltan 5 días para las elecciones presidenciales en Venezuela. Navarro, de manera contundente señaló que los venezolanos hoy son consciente de que el voto es la herramienta más poderosa para repudiar la tortura.
Seguidamente Jesús Javier Alemán quien fue dirigente político en Venezuela y ex prisionero político hizo que la sala retumbara con su desgarrador testimonio. Este narró que sus carceleros y torturadores para demostrarles su poder, lo mojaban en el suelo y le daban descargas eléctricas en la espalda y en el tórax. “Después de las palizas los escuchaba riéndose”. Con estas palabras demostraba Alemán como la tortura perpetrada por el Estado veenzolano es un mecanismo para intimidar y censurar a cualquier persona que quiera ejercer sus derechos fundamentales. Luego de vivir un tortuoso motín y estar acostado en el suelo por más de 20 horas en medio de una línea de fuego, Jesús fue exiliado del país y desde entonces reside en España.
Para cerrar el bloque testimonial, la defensora de derechos humanos y ex embajadora de Venezuela ante la República de Argentina, Elis Trotta, tomó el podio. “Los éxodos no mienten” afirmó con seguridad la ex embajadora al hablar de la grave situación de los derechos humanos. Además, Trotta le habló a los italianos y les dijo que los venezolanos necesitan que ellos, representantes de una nación que valora profundamente la libertad, sean los aliados en esta causa, que es la causa de la democracia en Venezuela. “Juntos, podemos enviar un mensaje claro de que la comunidad internacional no tolerará la injusticia, la opresión ni el irrespeto a la voluntad del pueblo venezolano que ya ha decidido un cambio.”
Exhibición en realidad virtual
Este encuentro finalizó con una exhibición en realidad virtual de la experiencia Realidad Helicoide. Los asistentes del evento, por cinco minutos pudieron experimentar con una inmersiva recreación del Centro de Tortura más grande de América Latina cómo vive un preso político en Venezuela. Quienes tuvieron la oportunidad de experimentar con el casco de realidad virtual demostraron su conmoción al dimensionar que lo que ven a través de los visores no es cosa del pasado, sino que justamente es algo que está pasando en este momento, incluso cuando lees esta nota, en Venezuela.
Diversas organizaciones, como Víctimas del Comunismo hicieron eco de este espacio. Además, este evento que sirve para visibilizar la grave situación de los derechos humanos en Venezuela, como un canal de denuncia para denunciar cómo Maduro ha hecho de la violencia, la tortura, la persecución y el asesinato sus políticas de Estado y, como un espacio para visibilizar el lado más atroz de la dictadura a través de los testimonios no solo de Olga, Victor y Jesús, sino también de los más de 300 prisioneros políticos que hoy en Venezuela no pueden alzar su voz.
Nota de Prensa
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