Millones de residentes en Los Ángeles se enfrentan a una «situación especialmente peligrosa» debido a las condiciones climáticas propicias para incendios forestales, mientras los equipos de emergencia luchan contra dos grandes incendios que han devastado la región. Este miércoles, el Servicio Meteorológico Nacional emitió advertencias de bandera roja, anticipando fuertes vientos y temperaturas elevadas que podrían complicar aún más la situación.
Los incendios Eaton y Palisades, que comenzaron el 7 de enero, han provocado la muerte de al menos 25 personas y la destrucción de miles de hogares. A pesar de un breve respiro en los vientos el día anterior, se espera que las condiciones se deterioren nuevamente, lo que pone en alerta a los bomberos y a las autoridades.
Más de 77,000 hogares se quedaron sin electricidad cuando las empresas de servicios públicos cortaron la energía como medida de precaución. Las autoridades han instado a los residentes a estar preparados para evacuar en cualquier momento, mientras se registran incidentes de saqueo y otros delitos en áreas afectadas por los incendios.
Los esfuerzos de combate al fuego se han intensificado, con el apoyo de bomberos de otros estados y países. Sin embargo, la amenaza de nuevos brotes de fuego sigue latente, ya que el terreno seco y los vientos pueden avivar las llamas. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, expresó confianza en que la región está mejor preparada para enfrentar la nueva amenaza, pero advirtió a la población que la situación sigue siendo crítica.
El panorama es desolador, con muchas familias viviendo en la incertidumbre y esperando la señal para evacuar. La comunidad se mantiene unida, dispuesta a ayudar en lo que puedan, mientras las autoridades continúan su lucha contra el avance de los incendios.
Con información de AP
