La situación humanitaria en Norte de Santander se agrava con la reanudación de los enfrentamientos entre la guerrilla del ELN y la disidencia de las FARC en la región del Catatumbo.
En solo cinco días de conflicto, la cifra de muertos ha alcanzado los 80, entre ellos, siete firmantes de paz y el líder comunitario Carmelo Guerrero, de la Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo (Asuncat).
Aunque la gobernación reporta esta cifra, la Defensoría del Pueblo indica que son más de 60 las vidas perdidas.
El Catatumbo, que comprende ocho municipios y representa el 40% del departamento, se ha convertido en un escenario de miedo y desesperación.
Las imágenes y videos muestran a los habitantes huyendo de sus hogares con lo poco que pueden llevar, en un intento por escapar del fuego cruzado de la guerra.
Las autoridades departamentales y municipales se encuentran en una carrera contra el tiempo, implementando estrategias de atención para los desplazados.
La alcaldía ha establecido rutas de atención, con la colaboración de la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, la Personería Municipal, así como voluntarios de la Cruz Roja y Defensa Civil.
En respuesta a la masiva ola de desplazamiento, se prevé la declaración de alerta naranja en la red hospitalaria y se han cancelado las clases en toda la región del Catatumbo.
Además, la gobernación ha habilitado un centro de acopio para recibir y distribuir ayudas a los necesitados. Empresarios y diversas alcaldías han unido esfuerzos para proporcionar apoyo adicional y establecer albergues para quienes han perdido todo.
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