El avión de Azerbaiyán Airlines (AZAL) que se estrelló el 25 de diciembre en Kazajistán, resultando en la muerte de 38 personas, sufrió «interferencias físicas y técnicas externas», según indicaron este viernes las autoridades de la aerolínea.
En un comunicado publicado en redes sociales, AZAL señaló que estos hallazgos provienen de los «resultados preliminares» de la investigación sobre el accidente del vuelo Embraer 190, que cubría la ruta Bakú-Grozni con el número J2-8243.
La autoridad aeronáutica rusa también confirmó que drones ucranianos llevaron a cabo un ataque en dos ciudades de Chechenia, incluyendo Grozni, y anunció la implementación de un «plan de contingencia» en la región, coincidiendo con el momento del vuelo del avión siniestrado.
Como medida de precaución, AZAL ha suspendido los vuelos desde Bakú a varios aeropuertos de Rusia a partir de diciembre de 2024, en respuesta a los riesgos potenciales para la seguridad de los vuelos. Las ciudades afectadas por esta suspensión incluyen Mineralnye Vody, Sochi, Volgogrado, Ufá, Sámara, Sarátov, Nizhni Nóvgorod y Vladicáucaso. Además, la aerolínea ya había cancelado los vuelos desde Bakú a Grozny y Makhachkala el mismo día del accidente.
Mientras las investigaciones continúan, representantes del fabricante brasileño de aviones Embraer han llegado a Aktau, el lugar del siniestro, para colaborar en la investigación. Se espera que una delegación del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (CENIPA) también llegue a Kazajistán en los próximos días.
El vuelo J2-8243, que se estrelló cerca de Aktau, transportaba a 67 personas, incluidos cinco miembros de la tripulación. En el trágico accidente, 38 personas perdieron la vida, de las cuales tres eran tripulantes, mientras que 29 sobrevivieron.
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