La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha emitido un fuerte pronunciamiento en contra del asedio policial que sufre la embajada de Argentina en Caracas, donde se encuentran refugiados seis opositores al régimen de Nicolás Maduro. En su comunicado, la CIDH condena los continuos hostigamientos perpetrados por las fuerzas de seguridad del gobierno venezolano y exige el cese inmediato de estas acciones.
Desde el 20 de marzo, seis dirigentes opositores han estado asilados en la residencia del embajador argentino, que desde el 1 de agosto se encuentra bajo custodia del Estado brasileño. Durante este tiempo, la sede diplomática ha sido objeto de asedios policiales, así como de cortes deliberados de servicios básicos como electricidad y agua.
La CIDH también expresó su preocupación por el patrón de persecución judicial y detenciones arbitrarias de opositores, instando al Estado venezolano a poner fin a estas prácticas, emitir salvoconductos para los asilados y liberar a todas las personas detenidas arbitrariamente.
El gobierno de Venezuela, a través de su ministro de Relaciones Interiores, Diosdado Cabello, ha calificado el asedio como una «farsa». Sin embargo, los refugiados han denunciado dificultades para acceder a alimentos y servicios básicos debido a la presencia constante de funcionarios de seguridad en los alrededores de la embajada.
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El llamado a la comunidad internacional se ha intensificado, con presidentes de Argentina, Paraguay y Uruguay pidiendo el cese del acoso. Organismos como la ONU también han recordado al gobierno venezolano los principios de inviolabilidad de las sedes diplomáticas.
María Corina Machado, una de las líderes opositoras, criticó la falta de respuesta del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela ante esta situación, calificándola de «acto de guerra» contra Argentina y Brasil. La urgencia de una respuesta internacional es palpable, mientras la situación continúa deteriorándose para los opositores asilados.
Con información de Efecto Cocuyo
