El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto utilizar la prisión de Guantánamo, situada en una base militar en Cuba, como un centro de detención para migrantes deportados.
Esta medida forma parte de su estrategia para endurecer el control migratorio en el país y está diseñada para albergar hasta 30,000 personas.
Desde su inauguración en enero de 2002, Guantánamo ha sido conocida internacionalmente por su papel en la detención de sospechosos de terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Establecida durante la presidencia de George W. Bush, la prisión fue creada bajo la premisa de albergar a «combatientes enemigos», quienes no gozan del mismo trato legal que los prisioneros en territorio estadounidense.
La propuesta de Trump busca transformar este penal, que ha sido objeto de controversias y debates políticos, en una “instalación migratoria” para lo que él considera “los peores criminales ilegales extranjeros que amenazan al pueblo estadounidense”.
Intento de cierre
A pesar de los intentos de los expresidentes demócratas Barack Obama y Joe Biden por cerrar la prisión, argumentando que su mantenimiento es costoso y perjudicial para la reputación del país, ambos enfrentaron resistencia en el Congreso que impidió su clausura.
La propuesta actual de Trump revive el uso de Guantánamo para fines migratorios, aunque no es una idea completamente nueva; durante décadas, una sección de la base ha sido utilizada para detener a personas interceptadas en el mar mientras intentaban ingresar a Estados Unidos de manera irregular.
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