El ministro de Interior y Justicia venezolana, Diosdado Cabello, realizó un pase telefónico con la televisora estatal VTV mientras recorría las calles de Caracas en una camioneta blindada la noche del 30 de agosto, tras el apagón nacional que dejó al país sin electricidad durante más de 14 horas.
Durante su intervención, Cabello intentó transmitir una imagen de normalidad y seguridad, afirmando que la población estaba tranquila y compartiendo en familia, gracias a la presencia de la policía en lo que él describió como una «unión cívico-militar-policial».
A pesar de la magnitud del apagón que afectó los 24 estados del país, el funcionario del régimen desvió la atención hacia acusaciones de sabotaje por parte de líderes opositores como María Corina Machado y Edmundo González.
Cabello advirtió que aquellos responsables de atacar el sistema eléctrico enfrentarían la justicia, reafirmando así la postura del régimen de culpar a la oposición por la crisis y minimizando el impacto del apagón en la vida diaria de los venezolanos.
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