La historia de Daisy Link y Joan Depaz ha capturado la atención de miles de personas, convirtiéndose en un fenómeno mediático.
Ambos, acusados de asesinato y detenidos en el Turner Guilford Knight Correctional Center en Florida, lograron concebir una niña sin haberse conocido físicamente, desafiando las convenciones del amor y la procreación en condiciones extremas.
La trama de esta inusual conexión comenzó a desarrollarse en el aislamiento de sus celdas. A medida que la soledad se hacía presente, Daisy y Joan encontraron una forma de comunicarse a través de los conductos de ventilación que conectaban sus espacios.
Lo que empezó como una manera de hacer más llevadero el encierro pronto se transformó en largas conversaciones, intercambio de fotografías y confesiones personales que cimentaron su vínculo emocional.
Impulsados por el deseo de convertirse en padres, Daisy y Joan idearon un plan inusual para concebir. Según el medio People, este proceso involucró un sistema artesanal que incluía plástico de envoltura para alimentos y una cuerda improvisada hecha con ropa de cama.
Joan enviaba su semen a través del conducto de ventilación, mientras Daisy utilizaba un aplicador médico desde su celda para inseminarse. Este método, repetido varias veces al día durante un mes, culminó en un sorprendente éxito Daisy quedó embarazada.
La noticia del embarazo dejó a Daisy incrédula. “No podía creer que hubiera funcionado”, comentó, describiendo a su hija como “una bebé milagro” y “una bendición”.
En junio de 2023, la pequeña nació, y su cuidado quedó a cargo de la madre de Joan debido a la situación legal de ambos progenitores.
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