La elección presidencial del próximo 28 de julio se presenta como un momento crucial para muchos venezolanos que anhelan un cambio en su país.
Más de siete millones de personas que han abandonado Venezuela desde 2014, según datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes, la incertidumbre sobre el futuro se cierne sobre aquellos que aún permanecen en el país. Mientras el gobierno reduce esta cifra a unos dos millones, la realidad de la emigración es palpable en las historias de quienes han visto a sus seres queridos partir en busca de mejores oportunidades.
Para Marianny Ivañez, de 37 años de edad, el resultado de esta elección marcaría un giro significativo en su vida y en la de su familia. “Se me han ido primos, tíos y amigos de la adolescencia, pero la que más me duele es la emigración de mi hermano. Haber estado lejos del crecimiento de mi sobrina ha sido fatal”, cuenta.
Para ella, los comicios del 28 de julio representan una posible salida hacia la libertad y un futuro más prometedor. Con un título en administración de empresas y frustraciones por la falta de empleo, Ivañez anhela un país donde pueda acceder a una economía digna y satisfacer las necesidades básicas de su familia.
Consciente de que estas elecciones podrían ser su última oportunidad antes de considerar la emigración definitiva, la mujer está dispuesta a vender su camioneta para costear su pasaporte y un pasaje sin fecha de retorno. Su deseo de ser madre y brindar a sus futuros hijos una vida alejada de la crisis económica actual la impulsa a contemplar destinos como Chile o Australia, donde ya tiene familiares establecidos.
Con información France 24
Lea también: Venezuela recibió a Celso Amorim, asesor de Lula da Silva, para la veeduría electoral