En los últimos meses, las relaciones diplomáticas de Venezuela han sufrido un notable deterioro, especialmente tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, donde Nicolás Maduro fue declarado ganador en medio de acusaciones de fraude por parte de la oposición.
A pesar de las denuncias, Maduro se prepara para asumir nuevamente la presidencia el 10 de enero de 2025.
A lo largo de los años, Venezuela había logrado avances en su política exterior, beneficiándose de cambios de gobierno en naciones claves como Colombia, Brasil y Chile, y de esfuerzos de normalización de relaciones tras la crisis política de 2019.
Sin embargo, en 2024, el país experimentó un retroceso significativo, especialmente en América Latina, al romper relaciones diplomáticas en un solo día con Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, cuyos gobiernos rechazaron el resultado electoral.
La ruptura de relaciones también se amplió a Paraguay, donde el presidente Santiago Peña expresó su apoyo al candidato opositor Edmundo González Urrutia.
Además, el distanciamiento con Estados Unidos, que había mostrado signos de acercamiento bajo la administración de Joe Biden, se agudizó tras las elecciones, complicando aún más el panorama diplomático de Venezuela.
Críticas de Brasil y Colombia
Venezuela había restaurado sus vínculos con Colombia y Brasil gracias a los gobiernos de Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva, respectivamente. Sin embargo, las recientes críticas de ambos mandatarios a la administración de Maduro, en relación con la inhabilitación de opositores, han generado tensiones.
Tras las elecciones, la falta de evidencias que respalden la victoria de Maduro y las reclamaciones de la oposición sobre el proceso electoral han aumentado la discordia en el continente.
Lula y Petro han exigido la publicación de las actas oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) para poder reconocer legítimamente a un presidente.
Hasta ahora, ambos líderes no han dado validez a la victoria de Maduro ni a la de González Urrutia, lo que ha llevado a un clima de incertidumbre política en la región.
Apoyo de Aliados Incondicionales
A pesar del rechazo internacional, Maduro cuenta con el apoyo incondicional de aliados como Cuba, Nicaragua y Bolivia, cuyos líderes no dudan en respaldar el resultado electoral proclamado por el CNE.
La situación es similar con países fuera de la región como China, Rusia, Irán y Turquía, que mantienen relaciones más enfocadas en lo económico que en lo político.
De cara al período presidencial 2025-2031, el restablecimiento de relaciones diplomáticas con los actuales ‘enemigos’ es una cuestión urgente, tanto por cuestiones políticas como, sobre todo, económicas.
Pese a la crisis de los últimos años, la riqueza y el potencial de la Venezuela próspera de los años 80, se mantienen intactos.
Con información de EFE
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