La comunidad internacional enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, marcada por el desplazamiento forzado de millones de personas.
Según Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 123 millones de individuos se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a conflictos, desastres naturales y otras emergencias. Esta cifra alarmante subraya la urgencia de una respuesta global coordinada y efectiva.
Grandi ha criticado la tendencia de los países a adoptar medidas reactivas y restrictivas cuando los refugiados llegan a sus fronteras, priorizando los controles migratorios sobre la protección de los derechos humanos.
En lugar de ello, el Alto Comisionado aboga por una enfoque proactivo que aborde las causas raíz de la migración forzada en los países de origen, invirtiendo en desarrollo sostenible y promoviendo la resolución pacífica de conflictos.
Una de las propuestas más destacadas de Grandi es la creación de más rutas legales para los refugiados. En este sentido, ha elogiado la iniciativa de varios países latinoamericanos, que han establecido Oficinas de Movilidad Segura para facilitar la migración ordenada y regular.
La crisis de refugiados en Sudán, donde más de 11 millones de personas han sido desplazadas por la guerra civil, se ha convertido en la mayor del mundo.
Grandi ha visitado recientemente la región y ha advertido sobre la creciente complejidad de las causas del desplazamiento, que ahora incluyen los efectos del cambio climático como un factor multiplicador de los conflictos y la violencia.
A pesar de la magnitud de la crisis, la financiación para las operaciones de ACNUR se encuentra muy por debajo de lo necesario. La organización ha solicitado 10.800 millones de dólares, pero solo ha recibido el 45% de esta cantidad. Grandi ha hecho un llamamiento a los gobiernos, así como a los donantes privados, para aumentar su apoyo y garantizar que los refugiados reciban la asistencia humanitaria que necesitan.
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