En un movimiento audaz que ha captado la atención de la nueva administración de Donald Trump, el emprendedor tecnológico Elon Musk ha decidido asumir la responsabilidad de implementar recortes de gastos en el Gobierno federal de Estados Unidos.
Musk busca liderar el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), cuyo objetivo principal es reducir el presupuesto gubernamental en dos billones de dólares para el 4 de julio de 2026.
El CEO de SpaceX y X contará con el respaldo de destacadas personalidades de la industria tecnológica, como Antonio Gracias, inversor y exdirectivo de Tesla; Steve Davis, presidente de The Boring Company; Joe Lonsdale, cofundador de Palantir; y Travis Kalanick, exCEO de Uber.
La iniciativa de recorte presupuestario está liderada por Marc Andreessen, quien ha colaborado estrechamente con Gracias y Davis en proyectos anteriores de Musk, como la drástica reducción del 80% de la plantilla en Twitter.
Aunque DOGE aún no ha sido reconocido oficialmente, su intención es funcionar como un organismo consultor que proponga e implemente medidas de ahorro en el gobierno estadounidense.
Entre los objetivos planteados por DOGE se encuentran la eliminación de miles de regulaciones y la reducción del tamaño de la plantilla federal.
Sin embargo, estas medidas podrían tener un impacto significativo en diversos sectores, y expertos como el profesor Richard J. Pierce de la Universidad George Washington han expresado su preocupación por el hecho de que las propuestas de Musk y su equipo ignoren las complejidades y desafíos inherentes a la legislación federal.
A pesar de las promesas electorales de Trump de no afectar servicios esenciales como la Seguridad Social o Medicare, estos podrían ser potenciales objetivos para los recortes propuestos por DOGE.
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