Los embajadores de los países de la Unión Europea (UE) no asistirán a la toma de posesión del presidente venezolano, Nicolás Maduro, el próximo 10 de enero.
Esta decisión se tomó en una reunión del Grupo de Trabajo para América Latina y el Caribe del Consejo Europeo (Colac), celebrada a finales de diciembre en Bruselas. La UE no reconoce la victoria de Maduro en las elecciones del 28 de julio debido a la falta de divulgación de las actas de las mesas electorales, un requisito legal que el régimen chavista no cumplió.
A pesar de que las decisiones del Colac no son vinculantes y cada país tiene la libertad de actuar de manera unilateral, se ha alcanzado un consenso generalizado entre los Veintisiete en esta postura.
El comunicado final de la cumbre europea del 19 de diciembre expresó la «preocupación por la situación en Venezuela», exigiendo la liberación de presos políticos y comprometiéndose a movilizar recursos para apoyar la democracia en el país.
Actualmente, una docena de países europeos mantienen embajadores en Caracas, mientras que la UE está representada por una encargada de Negocios tras la expulsión de su embajadora en 2021.
La presencia internacional en la toma de posesión de Maduro se anticipa escasa. Rusia enviará al presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, y se espera la asistencia de representantes de China y Turquía. Por otro lado, Colombia, Brasil y México, que intentaron mediar entre el régimen y la oposición, estarán representados solo por sus embajadores.
En contraste, la oposición venezolana, liderada por Edmundo González Urrutia, busca capitalizar el aislamiento internacional de Maduro.
Durante su gira por varios países de América Latina y Estados Unidos, González Urrutia ha sido recibido como presidente electo y se reunirá con el presidente estadounidense, Joe Biden.
En Panamá, contará con el respaldo de exmandatarios latinoamericanos del grupo IDEA, incluidos los expresidentes españoles Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy.
González Urrutia tiene la intención de regresar a Venezuela para tomar posesión del cargo el 10 de enero, a pesar de que el régimen chavista ha ofrecido una recompensa de 100.000 dólares por su captura.
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