ONUSIDA y diversas oenegés advierten que la lucha contra el VIH en el país enfrenta graves limitaciones debido a la escasez de reactivos para diagnósticos en hospitales públicos y a la poca labor de prevención.
Adriana Ponte, representante de ONUSIDA en Venezuela, señaló a EFE que la disponibilidad de pruebas de carga viral es extremadamente baja en los centros de salud gratuitos, lo cual impide a los pacientes monitorear sus niveles de VIH en la sangre y dificulta evaluar la efectividad de los tratamientos.
ONUSIDA estima que unas 100.000 personas viven con VIH en Venezuela, de las cuales 73.000 están en tratamiento gracias a los medicamentos subvencionados por el Fondo Mundial para el VIH, la tuberculosis y la malaria.
De acuerdo con estos datos, los grupos más afectados por el VIH son los “hombres que tienen sexo con hombres”, las mujeres trans, personas prostituidas, la población reclusa y miembros de comunidades indígenas, como el caso de la etnia Warao, que tiene una prevalencia de 9,6 % frente al 0,5 % que se estima en el país.
Por otra parte, el Gobierno, encargado de administrar los medicamentos donados por el Fondo Mundial, asegura que Venezuela dispone de pruebas rápidas para detectar infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH. Sin embargo, estas pruebas no siempre están disponibles en todos los hospitales públicos.
Con información de EFE
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