Durante una reciente rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, generó controversia al afirmar que «gracias a los Estados Unidos que los franceses no hablan hoy alemán». Esta declaración se produjo en respuesta a los comentarios del eurodiputado francés Raphaël Glucksmann, quien había pedido a los estadounidenses que devolvieran la Estatua de la Libertad.
Leavitt calificó a Glucksmann como un «pequeño político francés desconocido» y enfatizó que los franceses deberían estar agradecidos con EE.UU. por su papel en la historia. Aseguró que el país es un «faro de la libertad mundial», sugiriendo que la intervención estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial fue crucial para la liberación de Europa del régimen nazi.
"Es solo gracias a los Estados Unidos que los franceses no hablan alemán ahora mismo" pic.twitter.com/yy5raxg43j
— Memìn (@SenorCaicedo) March 18, 2025
Glucksmann, por su parte, utilizó su plataforma para criticar la actual administración de EE.UU., afirmando que el país ha cambiado de rumbo y ahora parece alinearse con dictadores, en particular al referirse a la relación con Rusia. En su discurso, enfatizó que la lucha por la libertad y la dignidad debe ser una prioridad compartida entre estadounidenses y europeos.
El intercambio de declaraciones refleja el creciente deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Francia, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania y la política exterior de la administración actual. Glucksmann, conocido por su defensa de Ucrania y su crítica a las políticas del presidente Trump, también afirmó que la estatua representa valores que trascienden fronteras y que debe verse como un símbolo de unidad en la lucha por la libertad.
Este debate pone de manifiesto las tensiones actuales entre las dos naciones y la importancia de la historia compartida en sus relaciones diplomáticas.
Con información de RFI