El gobierno de Venezuela aceptó a recibir de regreso a decenas de miles de migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos, en un acuerdo que ha sido calificado como un avance significativo en la estrategia de deportaciones masivas prometida por Donald Trump durante su campaña electoral.
Sin embargo, Richard Grenell, enviado especial de Estados Unidos, aclaró que Nicolás Maduro «no recibirá ninguna recompensa» a cambio de esta medida.
Este acuerdo, que según The Wall Street Journal se ha estado discutiendo durante meses y ya estaba pactado antes del nombramiento de Grenell, fue formalizado tras la visita inusual del funcionario estadounidense a Caracas.
Grenell viajó el viernes y regresó a Estados Unidos esa misma noche, llevando consigo a seis ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en cárceles venezolanas.
Trump celebró en su plataforma Truth Social el retorno de los estadounidenses y destacó que Venezuela también se comprometió a recibir de vuelta a todos los migrantes ilegales venezolanos en Estados Unidos, incluyendo a miembros del Tren de Aragua, una peligrosa organización criminal originaria de Venezuela.
Además, el gobierno venezolano se encargará del transporte para el retorno de sus ciudadanos.
Asimismo, Grenell subrayó que no se ofrecieron concesiones económicas ni políticas a Maduro como parte del acuerdo, más allá de la posibilidad de mejorar las relaciones bilaterales. «El único premio para Maduro fue mi presencia física, el primer alto funcionario estadounidense que visitaba el país en años», afirmó Grenell.
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