A 214 AÑOS DE LA INSTALACIÓN DEL PRIMER CONGRESO DE VENEZUELA
Douglas Zabala – El 2 de marzo de 1811, en la casa del Conde de San Javier en Caracas, se instaló el Congreso que marcaría el inicio del camino hacia la independencia de Venezuela. En esa histórica jornada, se encendió el debate sobre nuestra libertad, impulsado por la correspondencia de Telésforo de Orea, quien, como Comisionado de Venezuela en los Estados Unidos, instaba a considerar la urgente necesidad de declarar nuestra independencia.
El diputado José Luis Cabrera, desde Barinas, planteó que el Congreso debía discutir no si éramos independientes, sino si era el momento adecuado para proclamarlo legalmente. Su voz resonó con fuerza al recordar que desde el 19 de abril ya habíamos recuperado nuestros derechos y soberanía.
Mariano de la Cova, diputado de Cumaná, respaldó esta postura y enfatizó la certeza de la independencia, aunque advirtió que era crucial encontrar los medios para sostenerla. Otros diputados se unieron a este clamor por la libertad, expresando un deseo común: salir del yugo español que había oprimido nuestras tierras.
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Hoy, enfrentamos un nuevo desafío en nuestra historia. El gobierno ilegítimo de Nicolás Maduro intenta desviar la atención del entuerto cometido en las elecciones del 28 de julio, al desconocer la victoria legítima de Edmundo González Urrutia como presidente electo. En su desesperación por ocultar su ilícito electoral, convoca elecciones parlamentarias sin el respaldo del pueblo, consciente de que su verdadero objetivo es perpetuarse en el poder.
Así como nuestros antepasados se levantaron en defensa de su libertad y dignidad hace más de dos siglos, hoy debemos recordar su lucha y reclamar lo que nos pertenece. La independencia no solo es un hecho histórico; es una lucha continua por la verdad y la justicia.
Es hora de alzar nuestras voces nuevamente y exigir que se respete la voluntad del pueblo venezolano. La historia nos enseña que siempre habrá quienes intenten silenciar nuestra voz, pero también nos muestra que nunca debemos rendirnos en la búsqueda de nuestra libertad y nuestra democracia.