Operaciones de rescate en la prisión siria de Sednaya, ubicada al norte de Damasco, han revelado el hallazgo de «entre 40 y 50 cadáveres», según informó Rami Abderrahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Esta prisión es conocida por su historial de tortura y abusos contra los prisioneros, y el descubrimiento se produce en un contexto de creciente violencia y represión en el país.
En una conversación telefónica con EFE este martes, Abderrahman expresó su preocupación, indicando que «la mayoría de los cuerpos eran de ejecuciones recientes».
Este macabro hallazgo se produjo poco después de que el grupo islamista Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS) tomara el control de Damasco. Desde entonces, las puertas de Sednaya, que anteriormente estaba bajo la gestión de la Policía Militar siria, se han abierto, revelando la situación crítica de los prisioneros, algunos de los cuales han sido grabados en vídeos mostrando evidentes signos de tortura.
Sednaya ha sido un lugar de detención para entre 10.000 y 20.000 personas, según estimaciones de Amnistía Internacional. La prisión ganó notoriedad tras un motín de presos en 2008, que puso de manifiesto el uso sistemático de tortura y fuerza excesiva en su interior.
Desde el inicio de la crisis en Siria en 2011, en el marco de las revueltas de la ‘Primavera Árabe’, Sednaya se ha convertido en el destino final tanto para opositores pacíficos al régimen como para militares sospechosos de deslealtad.
El descubrimiento de estos cuerpos en Sednaya subraya la brutalidad del régimen sirio y la grave situación de los derechos humanos en el país, donde la represión y la violencia continúan marcando la vida de miles de personas.
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