El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la vicepresidenta Kamala Harris, realizaron su primera aparición conjunta desde la reciente derrota electoral de Harris, conmemorando el Día de los Veteranos en el Cementerio Nacional de Arlington. Durante la ceremonia, ambos líderes colocaron una corona en la Tumba del Soldado Desconocido, honrando el sacrificio de los veteranos militares y sus familias.
Biden expresó su profundo respeto por los veteranos, resaltando que son «el mayor honor de mi vida» liderar y servir a quienes han defendido al país. En su discurso, destacó la importancia de cuidar a aquellos que son enviados al combate y a sus familias, enfatizando que la obligación de Estados Unidos hacia ellos es “verdaderamente sagrada”.
El presidente también hizo mención de la legislación conocida como Ley PACT, que amplía los servicios de salud para veteranos expuestos a humo tóxico en bases militares. Hasta la fecha, más de un millón de veteranos y sus familias han recibido asistencia bajo esta ley.
Mientras sonaba el himno nacional, Biden y Harris colocaron sus manos sobre sus corazones en un gesto solemne, recordando la importancia del sacrificio de los que han servido. Esta ceremonia se produce en un contexto de creciente preocupación por el bienestar de los veteranos, un tema que Biden ha prometido seguir abordando.
La presencia de ambos líderes en este acto destaca no solo su compromiso con los veteranos, sino también su intención de mostrar unidad y continuidad en la administración, incluso tras los recientes desafíos electorales. Después de la ceremonia, Biden regresó a Wilmington, Delaware, aunque la Casa Blanca no dio detalles sobre su agenda posterior.