Yulia Naválnaya, viuda del líder opositor ruso Alexéi Navalni, quien falleció en una prisión en el Ártico, ha condenado enérgicamente el apoyo del presidente ruso, Vladímir Putin, al régimen del recientemente depuesto mandatario sirio, Bachar al Asad.
En un mensaje compartido a través de su canal de Telegram, Naválnaya expresó su indignación al afirmar que «durante años Putin atiborró a Asad con dinero que sacaba de nuestros bolsillos».
Además, subrayó que «para garantizar la vida lujosa de la familia Asad, murieron militares rusos. Algo así no pasar tuvo que pagar jamás».
Naválnaya, quien ha asumido el papel de portavoz de la lucha de su esposo tras su muerte, enfatizó que «la Rusia por la que luchó a mi esposo y por la que continuamos luchando es un país libre y pacífico que hace todo para garantizar la vida digna de sus ciudadanos y no para favorecer los intereses de un dictador del Oriente Medio».
Rusia ha sido el principal aliado del régimen de Al Asad, iniciando una operación militar en Siria en septiembre de 2015 a petición del gobierno de Damasco.
Sin embargo, el Kremlin ha realizado dos retiradas parciales de su contingente militar en marzo de 2016 y abril de 2017, lo que ha generado especulaciones sobre su compromiso a largo plazo en la región.
En un giro reciente de los acontecimientos, los insurgentes han declarado a Damasco «libre» del presidente Al Asad tras una ofensiva de doce días liderada por una coalición que incluye al grupo islamista Organismo de Liberación del Levante y otras facciones respaldadas por Turquía.
Durante gran parte del día, el desfile de Al Asad fue incierto, con rumores sobre el posible derribo de su avión o su fuga a un país africano. Sin embargo, el Kremlin finalmente anunció que el exmandatario había llegado a Rusia, donde recibió asilo «por consideraciones de carácter humanitario».
Con información EFE
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