María Alejandra Botello le exige a Nicolás Maduro justicia y libertad para su hijo, Aliángel Rodríguez, un adolescente de 15 años, con trastorno bipolar y esquizofrenia, que está tras las rejas, acusado por terrorismo, incitación al odio, asociación para delinquir y resistencia a la autoridad.
La curiosidad atrajo a Rodríguez a una de las protestas que estallaron tras las controvertidas elecciones presidenciales. El pasado 29 de julio, el adolescente desde su casa observó a lo lejos una especie de fuegos artificiales y salió a verlos.
Una cuadra más adelante, funcionarios policiales lo detuvieron. Cuatro meses después, sigue recluido en la sede de la PMV, cerca de la bomba La Concha.
La decisión de salir de su casa tuvo graves consecuencias, su arresto, que lo convirtió en uno de las docenas de menores que aún permanecen detenidos en medio de la agitación política y social en el país sudamericano, según familiares y grupos de derechos humanos.
El encierro de Aliángel, ha desarrollado episodios de esquizofrenia que no han sido tratados. A María Alejandra no le permiten ingresar los medicamentos que requiere para tratar su patología, que cada día empeora.
Según reseña el medio El Carabobeño el menor ha convulsionado varias veces, tiene crisis frecuentes y ha intentado acabar con su vida en dos oportunidades. Su madre teme que lo intente nuevamente.
Tras las recientes excarcelaciones, en especial la de uno de los niños que compartía causa y prisión con él, Aliángel ha estado muy deprimido.
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