El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó el 9 de agosto la posibilidad de entablar un diálogo con la líder opositora María Corina Machado, instándola en cambio a entregarse a la justicia por su supuesta responsabilidad en los fallecimientos ocurridos durante las protestas violentas tras las elecciones del 28 de julio.
Maduro afirmó que la única negociación pertinente sería aquella entre Machado y el fiscal general, sugiriendo que ella debe rendir cuentas por los crímenes que se le imputan.
La situación se ha intensificado con el inicio de una investigación penal por parte del Ministerio Público contra Machado y el excandidato presidencial Edmundo González, quien fue derrotado por Maduro en las recientes elecciones. Se les acusa de varios delitos, incluyendo usurpación de funciones y conspiración, tras un comunicado en el que instaban a los cuerpos de seguridad a desconocer la autoridad del presidente.
En medio de este clima tenso, Maduro anunció su intención de convocar a todos los sectores y partidos políticos registrados ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para un diálogo político.
El CNE, por su parte, confirmó el triunfo de Maduro con el 51,95 % de los votos en las elecciones, mientras que la oposición, representada por González, ha desconocido estos resultados y proclamado a su candidato como «presidente electo».
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