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NUESTRO RUBICÓN (Por Douglas Zabala)

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Los venezolanos debemos insistir en una salida negociada a la crisis originada por quienes se niegan a reconocer su derrota en los comicios pasados. Mantenernos firmes en la defensa de la democracia y de la Constitución, debe ser nuestro propósito en los días por venir.

En tiempos donde la opresión parece asomar nuevamente en nuestra nación, es vital emprender acciones, pacíficas, democráticas y constitucionales que defiendan la vigencia de nuestra democracia. Este compromiso con la transparencia y la participación ciudadana ha sido una piedra angular en la historia democrática de Venezuela.

Desde los inicios de nuestra era democrática, la nación venezolana ha valorado profundamente el derecho de los ciudadanos a participar en elecciones libres y justas, asegurando que la voluntad del pueblo sea respetada y honrada.

La historia nos enseña que el sufragio y la transparencia en los procesos electorales son fundamentales para la estabilidad y el desarrollo de una nación. Ignorar la voluntad del pueblo no solo erosiona la confianza en las instituciones, sino que también amenaza con sumir al país en una espiral de inestabilidad y descontento.

Nuevo desafío

Venezuela enfrenta un nuevo desafío. La soberanía popular, consagrada en la Constitución, está siendo amenazada por el intento de Nicolás Maduro de perpetuarse en el poder, al desconocer los resultados electorales del 28 de julio, donde Edmundo González Urrutia resultó ganador.

“El 10 de enero acudiré a la única Asamblea Nacional vigente, legal, legítima y constitucional, para juramentarme frente al pueblo y a la Constitución”. Tercamente ha manifestado Maduro. “Estaré en Venezuela el 10 de enero para tomar posesión. No presidiré un gobierno en el exilio”. Ha expresado con mucha firmeza Edmundo González.

Busquemos una salida negociada y evitemos que quienes hicimos con el voto presidente electo a Edmundo González, tengamos que hacer como Julio Cesar, cuando frente al Rio Rubicón también un 10 de enero del año 49 A, C lanzara su famosa frase “Alea iacta est» que en latín significa «La suerte está echada». Maduro debe irse y así evitarle al venezolano nuestro Rubicón.

Autor Douglas Zabala

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