Este lunes 14 de octubre, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha anunciado un plan de “relanzamiento y reimpulso” de la Federación Venezolana de Estudiantes Universitarios (FVEU), con el objetivo de “revitalizar” el movimiento estudiantil en el país.
Esto se produce en un contexto de creciente tensión política y social, tras la controvertida reelección de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Según el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA), al menos 15 estudiantes universitarios permanecen detenidos desde la crisis desatada por los resultados electorales.
Aunque se estima que 30 jóvenes han sido liberados, muchos enfrentan medidas cautelares, como la obligación de presentarse periódicamente ante tribunales, o sanciones administrativas.
Los estudiantes detenidos provienen de diversas instituciones educativas, incluyendo la Universidad Central (UCV), la Universidad de Carabobo (UC), la Universidad de Oriente (UDO) y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Entre las acusaciones que enfrentan se encuentran delitos graves como terrorismo, incitación al odio, traición a la patria, conspiración y resistencia a la autoridad.
Además, el informe del ODH-ULA señala que cuatro profesores universitarios han sido detenidos y uno más se encuentra en el exilio, todos ellos tras los comicios, cuyos resultados han sido denunciados como fraudulentos por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y no han sido reconocidos por numerosos países.
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