En lo que va del año, un total de 294.000 migrantes han atravesado la inhóspita selva del Darién, camino hacia Estados Unidos, lo que representa una disminución del 39% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según informó el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, durante su conferencia semanal. En 2022, se registraron aproximadamente 482.000 migrantes en el mismo tramo.
El gobierno panameño ha implementado varias medidas para controlar el flujo migratorio en la región del Darién, incluyendo el cierre de varios caminos y el inicio de deportaciones de migrantes con vuelos financiados por Estados Unidos. Además, se han anunciado multas para quienes intenten transitar por esta peligrosa selva, como parte de un esfuerzo más amplio para gestionar la crisis migratoria.
Mulino explicó que en el último mes se ha observado una disminución en el flujo migratorio debido a las intensas lluvias que han inundado los ríos de la zona, dificultando el paso. «El paso a pie por los ríos es imposible cuando están esas áreas inundadas y con fuertes corrientes», comentó.
A pesar de esta reducción temporal, el presidente panameño advirtió que es poco probable que el flujo de migrantes provenientes de Venezuela se detenga mientras persista la crisis política y social en el país. El Darién, que se extiende a lo largo de la frontera entre Panamá y Colombia, sigue siendo un corredor crucial para aquellos que intentan llegar desde Suramérica a Estados Unidos.
La mayoría de los migrantes son venezolanos, aunque también hay un número significativo de colombianos, ecuatorianos, chinos y haitianos.
En total, más de 520.000 personas han cruzado la selva panameña en 2023, enfrentándose a peligros significativos como ríos caudalosos, fauna salvaje y grupos criminales que operan en la región
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