El papa Francisco advirtió este domingo del peligro que algunas manifestaciones religiosas puedan resultar instrumentalizadas por grupos que quieren fortalecer su propia identidad, durante su discurso en el congreso «La religiosidad popular en el Mediterráneo» en Ajaccio, en la isla francesa de Córcega, donde llegó para pasar sólo unas horas.
En el palacio de Congresos de la capital de la isla francesa, ante unos 400 invitados llegados también de Italia y España, el papa habló de «la belleza y la importancia de la piedad popular» que además «atrae e involucra también a personas que están en el umbral de la fe, que no son practicantes asiduos y, sin embargo, descubren en ella la experiencia de las propias raíces y afectos, junto con los valores e ideales que consideran útiles para la propia vida».
La importante tradición religiosa en Córcega, donde por ejemplo están muy difundidas las cofradías y el culto a la Virgen, fuer el principal motivo que empujó al papa a visitar la isla y participar a este congreso, después de la negativa de acudir a París para la inauguración de la catedral de Notre Dame tras la restauración.
Asimismo, advirtió de que existe el riesgo de «que la piedad popular quede utilizada o instrumentalizada por grupos que pretenden fortalecer su propia identidad de manera polémica, alimentando particularismos, antagonismos y posturas o actitudes excluyentes».
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