Luego de un largo proceso legal, Ana Estrada, una mujer peruana de 47 años que padecía una enfermedad incurable y degenerativa, accedió el pasado domingo al procedimiento de la eutanasia, convirtiéndose en la primera persona en hacerlo en el país y en una excepción a la ley que penaliza esta práctica.
El caso de Ana se había convertido en un símbolo de la lucha por el “derecho a morir dignamente” en Perú, luego de que ella misma solicitara la eutanasia asistida.
“El domingo 21 de abril de 2024, Ana Estrada ejerció su derecho fundamental a una muerte digna y accedió al procedimiento médico de eutanasia”, informó su abogada, Josefina Miró Quesada, en un comunicado difundido en redes sociales.
La activista y psicóloga “murió en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final”, agregó su representante legal sin dar más detalles.
El caso de Ana Estrada reavivó el debate sobre la eutanasia en Perú, un país donde la ley penaliza esta práctica. Sin embargo, la excepcionalidad del caso y el sufrimiento de Ana han generado una amplia solidaridad y apoyo a su decisión.
Estrada sufría desde los 12 años de polimiositis, una enfermedad degenerativa e incurable que debilita los músculos y que la mantuvo conectada a un respirador artificial.
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