El nuevo presidente de la Cruz Roja Venezolana, Luis Farías, propuso una «refundación» de la organización tras una crisis que culminó el año pasado con la salida de Mario Villarroel, quien estuvo al frente durante 45 años. Esta reestructuración busca restablecer la transparencia y la confianza en la institución, marcada por serias acusaciones de mala conducta.
«La Cruz Roja Venezolana tenía grandes problemas de integridad que están siendo subsanados. Ahora posee un comité de ética que ha procesado más de 200 casos y queremos que tanto la sociedad como los voluntarios y el Estado nos identifiquen como un socio confiable», señaló el nuevo presidente.
Farias, a sus 30 años, se convierte en el presidente más joven en la historia de la organización. Su elección sigue a un periodo de liderazgo interino de Ricardo Cusanno, tras la apertura de investigaciones contra Villarroel por presunto acoso y maltrato. Farias enfatizó que se están investigando abusos tanto en la sede central como en varias filiales.
La nueva dirección de la Cruz Roja Venezolana, que surgió tras una asamblea en junio con la participación de más de 700 voluntarios, se enfrenta a retos significativos. Uno de sus primeros desafíos fue asistir a las víctimas del huracán Beryl en el estado de Sucre, poco después de su nombramiento.
Además, Farias planea estrechar lazos con el sector privado para financiar las actividades de la Cruz Roja, mientras continúa la colaboración con organizaciones tradicionales, como la Cruz Roja Alemana. La organización busca expandir su presencia en regiones remotas como Amazonas y el Delta, donde el capital humano es abundante pero la infraestructura limitada.
Con información de EFE